A los largo de la historia el ser humano se ha visto inmerso en ciertas perspectivas de ver el mundo, según lo aceptado para la época, cultura, costumbres, paradigma científico del momento, etc, muchas veces siendo esto el producto de una forma de interpretar la realidad; en el caso de la medicina, la alopatía es la forma racionalmente adoptada por la mayoría de personas de nuestra sociedad y tiempos, aunque esto no implica que no existan otras formas de comprender al organismo humano y sus procesos de desequilibrio y vuelta a la homeostasis, e incluso que sean tan ancestrales, con bases sólidas y con conceptos que se fundamentan bajo la luz de la ciencia moderna.
La homeopatía busca comprender en su totalidad al individuo que consulta, en su esfera física, emocional, cultural, mental, tratando de lograr una introspección y comprensión profunda del propio paciente hacia sus sensaciones, su forma de actuar, tornándolo en un observador activo de sí mismo, de tal forma que por medio de una comunicación respetuosa, amigable, dirigida pero a la vez libre para abordar los múltiples aspectos relevantes de la vida del paciente, se alcance a encontrar el medicamento apropiado para cada persona, teniendo en cuenta su singularidad en cuanto a lo que denominamos enfermedad y la forma de expresarlo mediante síntomas y signos particulares.
Los medicamentos homeopáticos actúan por el mecanismo de la similitud en dosis infinitesimales significando esto que actúan a nivel más molecular y energético (a la luz de los nuevos hallazgos sobre el genoma humano, la física cuántica y biología molecular), y por tanto generando el mayor bienestar en corto tiempo, sin causar daño adicional, antes de tomarlo se potencia mediante el mecanismo de sucusión y siempre se debe tener lejos de elementos electrónicos para no afectar su funcionamiento.
Para asistir a una consulta homeopática solo hay que tener una buena disposición, intentando confiar en quien como terapeuta indagará sobre su historia biopatográfica (historia de vida) ahondando en aspectos relevantes que hayan marcado a este individuo, sus molestias físicas, mentales, emocionales caracterizándolas o describiéndolas de la manera mas detallada posible, así como reconociendo sus gustos, su temperatura, sus horarios de sueño y el contenido de sus sueños, su sed, sus aversiones, etc.
El especialista realiza un proceso de análisis de la historia clínica obtenida, y luego de esto efectúa una repertorización que significa elegir los síntomas más importantes y mejor descritos por el paciente, para encontrar el remedio único que requiere la persona en cuestión, dado que probablemente existan diagnósticos de la medicina convencional con tratamientos instaurados previos, nunca habrá conflictos con estos manejos.
Finalmente, como en todo tratamiento médico deben tenerse controles para evaluar la evolución de los síntomas y mejoría de los mismos, así como notar virajes en la información que aporte el paciente pues para lograr una apertura completa del paciente e incluso un autoconocimiento adecuado se requiere tiempo y paciencia para lograrlo.
Adicionalmente los buenos hábitos en nuestra vida como evitar sustancias tóxicas (alcohol, cigarrillo, etc.), consumir productos saludables como frutas y verduras, realizar una actividad física de manera rutinaria por aproximadamente unos 40 minutos, así como realizar actividades de meditación, yoga, y tener pensamientos positivos quizá por medio de técnicas como el coaching, van a favorecer con absoluta seguridad nuestra salud y a fortalecernos para hacernos menos susceptibles a perder nuestro equilibrio energético.